URBANIDAD
La urbanidad es entendida como el conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras, y para manifestar a los demás la benevolencia, atención y respeto que le son debidos (Manual de Carreño)
martes, 27 de octubre de 2015
sábado, 17 de octubre de 2015
lunes, 28 de septiembre de 2015
EL ASEO DE NUESTRO VESTIDO
I. — Nuestros vestidos pueden ser más o menos lujosos, estar más o menos
ajustados a las modas reinantes, pero deben estar siempre aseados, no sólo
cuando nos presentamos en sociedad o vamos por la calle, sino cuando nos
encontramos dentro de nuestra casa.
II. — La limpieza en los vestidos no es la única condición que nos impone el aseo;
cuidemos además de no llevarlos rotos ni ajados. El vestido ajado puede usarse
dentro de la casa, cuando se conserva limpio y no estamos de recibo, más el
vestido roto no es admisible ni aun en medio de las personas con quienes vivimos.
III. — Puede suceder que nuestros medios no nos permitan cambiar con
frecuencia la totalidad de nuestros vestidos; en este caso no omitamos sacrificio
alguno por mudar al menos la ropa interior.
IV. — Cuidemos de que nuestro calzado esté siempre limpio y con lustre, pues es
una parte del vestido que contribuye no poco al lucimiento de la persona.
V. — Cuando por enfermedad u otro cualquier impedimento, no hayamos podido
limpiarnos la cabeza, cuidemos de que no aparezca sobre nuestros hombros la
caspa que de ella suele desprenderse.
VI. — Jamás limpiemos el escarba dientes en nuestros vestidos: este es un acto
asqueroso y ridículo, y por lo tanto impropio de la gente fina.
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